Twilight y los libros olvidados de otono 8

8 ¡Hey, Bales!

Los edificios de la ciudad de Bales eran de un estilo peculiar. En lugar de una construcción tradicional de paja, los techos parecían ser gigantescos libros abiertos mirando hacia abajo, al igual que en el mapa de Moondancer. Perfectamente alineados como si estuvieran en estantes enormes. Pequeños carteles pintados en los escaparates anunciaban un producto casi exclusivamente: ¡libros!
Twilight estaba tan eufórica ante la vista, que casi había olvidado que el motivo de su visita no era feliz.
—También estás viendo esto, ¿verdad? —le gritó Twilight a su dragón acompañante. Trotó hacia el paseo de adoquines principal, mirando con avidez en todas direcciones como si fuera a desaparecer en cualquier momento y quisiera memorizarlo por si acaso—. ¿No estoy imaginando todo este lugar? —Incluso el resplandeciente fondo verde de las colinas debajo de las montañas era impresionante y hermoso.
—No, definitivamente es real —dijo Spike y golpeó su garra al lado de una linda tienda llamada Libros Horsey para demostrar que era sólida. Alzó una ceja. ¿Cómo es que una ciudad acababa de aparecer de la nada?—. ¡Creo que puedes decir que estos edificios son de cubierta dura! —Spike se rio de su propia broma.
—¡Mira! —chilló Twilight cuando metió la pezuña dentro de un armario que parecía un buzón—. ¡Un mini intercambio gratis de libros! Qué adorable.
Tan encantado como su compañera nerd, Spike no podía evitar la sensación de que algo acerca de toda esta ciudad materializándose no estaba bien. Había visto folletos para las “aventucaciones” de Daring Do, donde actores interpretan todos los papeles. ¿Habían caminado sobre el set de un pueblo falso?
—¿No es exactamente igual a la escena en Daring Do y la Ciudad Prohibida de las Nubes donde Daring encuentra la ciudad invisible de Cirrostrata? —cuestionó Spike.
—La verdad, no. No estamos en las nubes… En realidad estamos justo al este de Canterlot. — Twilight comenzó a hacer una pila de libros en el suelo—. En mi utopía personal —no podía borrar la aturdida expresión plasmada en su rostro.
—¿Cuál era el nombre de ese poni que hizo que toda la ciudad de Cirrostrata fuera invisible en primer lugar? ¿Comet—algo?
—¿Comet Tail el Idealista —le corrigió Twilight, frunciendo el ceño—. Astrónomo y hechicero.
—¡Oh sí! Él era el tipo que inició esa cosa del antiguo consejo…
—Spike, realmente tenemos asuntos mucho más importantes de qué ocuparnos que discutir los increíbles talentos de la gran A. K. Yearling —le reclamó Twilight—. Aunque no se puede negar su ingenio. —No quería ofender a cualquier otro fan de Daring do que se encontrara en los alrededores.
Después de todo este era un pueblo de libros. Pensó en todos los ponis de ideas afines que podría encontrar aquí y se sintió aún más emocionada.
Twilight recogió su pila de libros y los levantó con su magia, gruñendo bajo el peso de su botín. Aunque era difícil maniobrar con ellos flotando en frente de ella, siguió adelante. A pesar de que los carteles en las ventanas de las librerías decían ABIERTO, las calles estaban completamente desprovistas de una población poni.
—¿Hola? —grito Twilight con todas sus fuerzas, estirando el cuello buscando a alguien a quien preguntar—. ¿Hay alguien en casa?
Pero el único sonido era el golpeteo de sus pezuñas y el chasquido de las garras de Spike. Se detuvieron.
—Shhhhhh…—susurró la brisa. Un cartel chirriante que sobresalía de la tienda más cercana se balanceó hacia atrás y adelante.
—«Sabiduría Antigua y Nociones Novedosas…» —leyó Twilight, intrigada. Parecía un buen lugar para empezar. La puerta crujió mientras se abría camino al interior. Al instante, su hocico reconoció el aroma distintivo de libros viejos y polvorientos.
—¡Perdone! —Spike rompió el silencio y deambuló a través de las filas de estantes, esfumando el silencio reverente—. Si hay algún poni por aquí, nos gustaría mucho su ayuda para encontrar un… ¿un libro?
—SHHHHHHHHHH… —el mismo de viento susurrante llenó la sala como respuesta. Pero estaban en el interior y no había viento ahí dentro. Entonces, ¿qué era ese sonido?
De repente, ¡los libros en las estanterías empezaron a temblar y agitarse! Un escalofrío recorrió las espaldas de Twilight y Spike mientras retrocedían lentamente hacia la puerta, con cuidado de no tocar nada.
Pero antes de que pudieran salir, un par de ojos se asomó de entre las sombras y les devolvió la mirada.